59 MUYNAQ 8 DE JUNIO DE 2024




Al final nos vamos de Khiva un poco cansados de tanto turista y sobre todo del calor que hace. Vamos en dirección a Nukus que no creo que ni paremos ya que no tiene nada para ver y dicen que es uno de los pueblos más feos de Uzbekistán. La carretera entre Khiva y Nukus es un tormento como la mayoría de las carreteras de este país. Para hacer unos pocos kilómetros necesitas el triple de tiempo que en una carretera normal.



Vamos a entrar en la República autónoma de Karakalpakia. Hay diversas naciones que habitan la república como son la kazaja, uzbeka, turcomana y Karapalkak. Ahora mismo están tomando medidas para recuperar ciertas zonas deprimidas de esta zona ya que a raíz de la desaparición del Mar Aral se ha quedado muy poco habitada y sin recursos para salir adelante.

Nuestro destino es Muinaq un pueblo que en su momento fue el centro de atención de la zona ya que tenía un puerto pesquero muy importante y a causa de una mala gestión y ambición de “personajes funestos” hoy en día es un pueblo “muerto” donde prácticamente no hay nadie y apenas hay industria para sobrevivir unas cuantas personas.

Hemos salido de Khiva hacia la carretera 380 que es la que nos llevará hasta Nukus que es la capital de la zona. Nukus es una ciudad pequeña que no tiene nada que ver con las demás ciudades de Uzbekistán. Mantiene los edificios de la era soviética y se ha quedado anclada en aquellos tiempos.

Hemos parado en Nukus más que nada para hacer alguna compra ya que hemos leído que el mercado es bastante grande y de los pocos de la zona. 




La carretera hacia Muynaq es de las que quitan las ganas de salir a ningún sitio. Es estrecha y no queda ni un centímetro sin que tenga un bache. El paisaje ya lo conocíamos ya que es igual que la zona de Kokand. Es muy árido y seco sin apenas ganado sólo algunos camellos.

Por fin hemos llegado a Muynaq y hemos buscado un sitio para dormir ya que estábamos “baldados”. Hace un calor increíble y no corre nada de viento. Apenas se ve gente y hay unos pocos mini-market en la orilla de la carretera. El parking está pegado a la Mezquita así que tendremos que oír los “cantos”.

No sabemos de dónde han salido pero la noche ha sido “mortal”. No han dejado de sonar bocinas, camiones que pasaban y un “popurrí” de ruidos que ha sido increíble. A la mañana al levantarnos lo hemos comentado y parece increíble.

Después de desayunar hemos salido en búsqueda del Museo del Mar Aral que está a poco menos de 7 km. El pueblo es alargado y no tiene nada más que una fila de casas a uno y otro lado de la carretera. 

Enseguida hemos llegado a una especie de aparcamiento donde había muchas furgonetas parece que recogiendo el escenario que parece que ayer sirvió para algún concierto. Hemos aparcado en una esquina y nos hemos dirigido al Museo. Es un edificio gris bastante feo, por cierto. Al entrar nos ha abierto la puerta una joven que nos ha preguntado si queríamos ver el Museo.



Hemos sacado el ticket y nos ha indicado por donde comenzar. No es muy complicado ya que es un edificio circular y por dentro en el centro está el Museo y una sala para ver un video sobre lo que era y lo que es el Mar Aral.

La ambición humana no tiene límites ya que el mar se secó por culpa de querer tener grandes cosechas de algodón en un sitio donde escasea el agua.


El algodón necesita mucha así que desviaron los ríos que desembocaban en el mar para regar el algodón. El agua no llegaba al mar por lo que éste se secó. Ahora están intentando recuperarlo de alguna manera, pero sobre todo desde Uzbekistán no dan su brazo a torcer he insisten en sus “locuras”. 




Hasta dónde llegaban los intereses en el algodón que a los funcionarios les obligaban a recoger algodón después de su horario de trabajo. Este país es como la España de Franco, pero todavía más pobre que ya es decir. Ahora se están aprovechando del tirón de 3-4 ciudades, pero al final pasará como con el mar lo “escurren tanto que lo dejarán sin vida”. Lo que hemos visto en ciudades como Samarcanda, Bhukara y Khiva es para pensarlo dos veces, pero parece que no están por la labor.

El país en general es una “papelera” llena de “mierda”, las infraestructuras se caen a trozos, las carreteras son inexistentes, miles y miles de taxis pelean por una “limosna” que no llega para todos, pero eso sí grandes Palacios para que 4 “mangarranes” vivan de cine. Sí a estas ciudades les quitas el centro histórico se mueren de hambre.

Los mercados son la triste realidad de un país que cada vez está mas metido en la pobreza y donde no tienen nada que producir ni generar algo de riqueza.

Hemos acabado en el Museo que se ve en 10 minutos ya que la mayoría de las cosas son cuadros pintado por gente de la zona y yo pensaba que habría fotografías, pero prácticamente son inexistentes.

Al salir hemos visto un mirador desde donde se observa lo que era el Mar Aral y en el fondo los barcos “varados” que se quedaron aquí para ser “testigos” de la “salvajada”. En dos minutos se ha llenado toda la zona de policías y militares. Según la joven del Museo es que algún “gerifalte” viene de visita. Han aparecido 3 furgonetas negras y han cortado la circulación. Se han bajado 15 militares todos vestidos de blanco como si fuesen a reflotar los barcos varados. Se han dirigido al Monumento al Mar como si estarían orgullosos de lo ocurrido. “Gordos y bien cebados” han hecho una entrevista nos imaginamos para la televisión de su “jefe”. Enseguida se han metido en el Museo donde había preparado un buen “lunch” para recuperar fuerzas de su esfuerzo.

Hemos recogido la Jomer y nos hemos adentrado en lo que antes era un mar y que ahora es un desierto seco y feo.



Hemos recorrido unos cuantos kilómetros, pero ante la duda de si no nos quedaríamos “varados” nosotros también hemos dado la vuelta y vuelto a la seguridad de la carretera. ¡¡¡Mira que nos gustan las Mezquitas!!! pues no hemos parado ni a verla de las ganas de irnos de allí. Qué pobre gente, ¿¿¿qué futuro les espera???

Hemos salido del pueblo sin ni siquiera comprar el pan de cada día parecí a que huíamos de algo. A los pocos kilómetros hemos parado para ver que hacíamos. Hemos decidido pasar la frontera o acercarnos lo más posible a Kazajistán. Ya no nos queda nada por ver así que cuanto antes salgamos mejor.

Hemos salido a la carretera 380 y no sabíamos lo que nos esperaba. Esta pobre gente además de aguantar a 4 HDP encima tienen que aguantar una carretera que no es apta ni para animales. ¿Pero cómo aguantan esto?



Tenemos 435 km, pero en realidad el problema es el tiempo ya que queremos llegar a la frontera antes de que anochezca. Es increíble que la gente que vive por aquí tenga que aguantar esto diariamente, pero es lo que hay y si además se quejan ya saben que tendrán problemas y quedarán marcados. Es la misma “filosofía” que “patascortas”.

Hemos llegado a la frontera y ahora viene lo “mejor”. Estos “desgraciados” que te registran en la frontera tienen todos los derechos del mundo y tú eres una “mierda” a su lado. La otra vez al entrar ya nos querían meter al perro dentro de la Jomer y yo me negué. Esta vez a ocurrido lo mismo, pero antes de meterlo han preguntado y yo les he dicho que no. Había un chico ruso al lado nuestro que le habían sacado hasta los asientos. Malditos malnacidos ya os vendrá la vuelta y lo pagareis o eso espero. Mertxe ha ido andando porque en esta frontera el copiloto no puede pasar en coche.

He entregado el pasaporte y la documentación y aquí a comenzado el lío. Me decían que teníamos un “penalti” contra la Jomer porque en Samarcanda pisamos una línea continua. Les he dicho que si no había foto no pagaba nada. Me han pedido el móvil y se lo querían llevar les he dicho que yo iba con el móvil pero que no se lo podían llevar a ningún sitio. Han enviado un código QR donde se ve la Jomer entre dos carriles en una calle en Samarcanda.


 Había un militar que sabía un poco de ingles y le he explicado que además de una mierda de carreteras la gente hace lo que le da la gana y no respeta ni los semáforos y a nosotros nos denuncian por pisar una raya. Se ha echado a reír y me a dicho “turist, pay”. Me ha hecho un gesto con el dedo como diciendo que no dijese nada y que pagaría. He ido al banco y al pagar me decía que le diese el pin que no llegaba el cable. Le he dicho que no que entraba y lo ponía. El decía que no podía entrar y yo me he negado a darle el pin. El militar me ha mirado desde lejos y se ha acercado. Le he dicho que no le daba el pin y que o me dejaba entrar o no pagaba. Ha hablado con el del banco y me ha abierto la puerta. He pagado 5 euros de la denuncia que ha grapado al papel. Le he pedido una copia u me decía que ya iba en la denuncia. Le he pedido una para mi y que quería ver la cantidad que había puesto. Me lo ha enseñado y me ha dado una copia. He vuelto al puesto y hemos tenido que esperar 1 h y media a que revisasen los coches. ¡Valiente hijos de puta!

Me han dicho que abriese el capot del motor y las puertas. Les he abierto el capot, pero querían entrar dentro les he dicho que esperasen. He subido adentro y me han señalado los armarios que querían ver se los he abierto y después de un buen rato hemos podido salir de ésa “mierda de país”.

Hemos llegado a la frontera kazaja y que diferencia. Lo primero te tienden la mano y enseguida te comienzan el papeleo y el registro que en poco más de media hora hemos acabado. Son todos muy jóvenes y muy amables. Todo es por favor y rápido. Para cuando hemos salido eran ya las 24h así que hemos decidido quedarnos a pasar la noche en la misma frontera un poco alejados para no oír ruido.

Hemos dormido muy bien y sin ruido. Esta mañana teníamos que buscar el sitio para sacar el seguro de la Jomer. No encontrábamos a nadie así que hemos visto un coche de la policía y le hemos preguntado. Muy amable nos ha dicho que le siguiésemos y hemos parado al lado de un conteiner de barco. 




El policía ha ido hasta un mini-market cercano y se ha acercado le ha dado dos golpes con el puño y nos ha indicado que estaba en la cama. Han abierto y nos ha hecho entrar para hacer el seguro. Le hemos dado la mano en señal de agradecimiento y se ha marchado. En poco más de 15 minutos teníamos el seguro en la mano y enseguida hemos salido en camino de Atyrau.

Nos da pánico la carretera ya que ayer le preguntamos a un joven ruso y nos dijo que había bastantes “baches”. Al comienzo todo iba como la seda, la carretera estaba bien asfaltada hasta que han comenzado algunos, pero ha sido más el susto ya que a pesar de “algunos baches” la carretera hasta Atyrau como quien dice “ha estado perfecta”.

Vamos a ver si podemos encontrar alguna playa por aquí ya que está cerca el Mar Caspio y podemos descansar un par de días antes de “atravesar” Rusia para volver a la “civilización”.

El calor es insoportable así que nos tendremos que aguantar un poquito o salir “escopeteados”, ya veremos lo que hacemos.

Ondo lo egin:

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