RUSTAVI A 14 DE ABRIL DE 2024

 


Hoy tenemos como primera opción ir a visitar el Monasterio de David Gareja. Es uno de los Monasterios más importantes de Georgia, aunque en la actualidad existen problemas de frontera con Azerbaiyán que reclama que una parte del Monasterio está en sus territorios. Este monasterio siempre ha sido desde su construcción parte de la cultura georgiana, pero Azerbaiyán lo ve como una manera de hacer ingresos extras por el turismo. De vez en cuando se organizan algunas “trifulcas” en la zona a cuenta de la pertenencia a uno o a otro.

Hoy en el camino que hemos seguido desde Sagarejo hemos entrado y salido de Azerbaiyán varias veces. Las patrullas militares se ven en la lejanía custodiando cada uno lo que dice que es suyo.

Hemos llegado al Monasterio después de atravesar parte de un desierto “verde” con unos paisajes extraños que nunca nos podíamos imaginar. Se parecen mucho a Mongolia. Kilómetros y kilómetros de montañas no muy altas pero muy verdes y miles de animales pastando en ellas. Es espectacular verlo ya que, aunque las fotos lo quieran enseñar nunca se parecerán a lo que el ojo ve.



Al llegar hemos visto un autobús que llevaba estudiantes y que han bajado del autobús con ganas de correr y gritar, enseguida una de las profesoras les ha mandado callar y tranquilizarse.

Hemos subido las escaleras que nos han llevado al interior del Monasterio. Está enclavado en plena roca y justo encima de él hay una torre de vigilancia a la cual no se puede acceder. En la entrada había un cartel con prohibido perros y drones.

Hemos recorrido las distintas estancias del Monasterio como la Iglesia que está excavada en plena roca y varias celdas de los antiguos Monjes que ahora viven en una casa cercana al complejo. Tiene un patio interior muy grande desde donde se divisa todo el interior del Monasterio. Encima del patio se ven las cuevas-casas que no se pueden visitar.

Hemos salido y hemos visto como la gente bajaba una gran cuesta hasta un promontorio donde había algo que los atraía. Nos hemos ido a acercar cuando hemos oído que volaba un dron. Hemos pensado que sería del ejército georgiano, pero enseguida hemos visto a un hombre que lo manejaba. No habían pasado 2 minutos cuando un todoterreno blanco ha llegado “a toda pastilla” y se han bajado 3 militares y le han pedido que bajase el dron. Le han pedido la documentación y después de ver lo que había grabado se lo han llevado hacia el aparcamiento.

Nosotros hemos seguido hasta el punto más alto de la montaña para ver unas imágenes preciosas de lo que aquí llaman desierto, pero no tiene nada que ver ya que está más verde que un jardín recién regado. Hay unas vistas increíbles y hemos sacado muchas fotos.


Hemos vuelto a la Jomer y hemos buscado dónde está el otro Monasterio de este complejo que es visitable ya que, aunque hay una buena cantidad de Iglesias, casas-cueva, torres…etc. sólo se pueden visitar dos.

El otro es el Monasterio de Natlismtsemeli (el Bautista) que está al este del primero. Sólo se puede llegar por medio de un camino de tierra que es el que usan los pastores de ganado para llegar hasta estas montañas. Teníamos 12 km por medio de la tundra. No se veía a nadie y lo único eran ovejas y vacas pastando. Se nos ha hecho eterno, aunque hemos hecho una parada para sacar de la “carretera” a una tortuga que estaba en medio. Al ir a cogerla ha soplado como hacen los cocodrilos advirtiéndome de que tuviese cuidado con lo que hacía.

Hemos llegado al Monasterio después de dejar la Jomer a unos 300m. pero es que había una cuesta bastante importante hasta él. Al llegar hemos atravesado un arco de piedra y hemos visto a un Monje sentado en un banco. Hay muchas oquedades abiertas en la roca que indican que había mucha gente habitándolo en algún momento. El Monasterio tiene una parte para él y sus Monjes separada de las casas-cueva.


Estábamos mirando para si se podía subir a las casas-cueva cuando el Monje nos ha preguntado de donde éramos. Le hemos dicho que del País Vasco o Basque Country. Al principio no nos ha entendido y nos ha preguntado si le habíamos dicho Basque Country. Le hemos vuelto a decir y se ha echado a reír alegrándose y nos ha dicho, San Sebastián, Bilbao, Vitoria de carrerilla y en un perfecto castellano. Me ha dado la mano y ha dicho que los vascos y georgianos somos casi hermanos. Le hemos dicho que conocíamos la historia y el nos ha contestado que em la Universidad de Georgia se estudia el euskera.

Le hemos preguntado si podíamos ver el Monasterio por dentro y nos ha dicho que la Torre sí pero que la parte interior es privada. Le ha comentado algo a un joven que acababa de llegar y le ha hecho un comentario para que me lo tradujese al inglés. Me ha dicho que sí que nos enseñaba el Monasterio por dentro pero sólo a mí, Mertxe no podía subir. Al principio le he dicho que no, pero Mertxe me ha dicho que fuese. Ha llamado a un señor que andaba por allí que, aunque no es Monje les ayuda en las tareas de labranza y le ha dicho que me enseñara el Monasterio. Hemos subido a la parte alta por unas interminables escaleras que casi me ha hecho “echar los higadillos”. 




Me ha enseñado las celdas donde duermen, el comedor general, la biblioteca, un acceso interior a la Iglesia excavado en la roca y una pequeña Capilla además de lo principal, una bodega con un montón de barricas. Nos han ofrecido probar el vino, pero le hemos dicho que no porque teníamos el estómago vacío y luego había que conducir.

Hemos bajado donde estaba Mertxe y se ha acercado con un papel y un bolígrafo para que le escribiese en euskera como se decía, adiós, hola, buenos días, gracias que ha sido lo más complicado para él. Se ha despedido volviéndonos a dar la mano y nos ha dicho desde lejos Agur. ¡¡¡Qué majos!!!


Hemos recogido a Jomer y no sabíamos muy bien por dónde teníamos que seguir porque teníamos claro que no íbamos a volver por el mismo camino. El “tonto” no funciona por estos sitios así que hemos seguido hacia adelante ya que se veía una granja a lo lejos. Al llegar a la granja el camino se dividía en dos así que “siempre” el de la izquierda. Hemos seguido el camino y el “tonto” ha cogido cobertura y nos ha indicado que íbamos bien pero que nos quedaban 20km de camino hasta el pueblo más cercano. 


Al cabo de unos kilómetros hemos visto a un joven ciclista que iba andando con la bici pinchada. Hemos parado y nos ha preguntado si llevábamos hinchador. Le hemos dicho que no sin darnos cuenta que teníamos el arrancador portátil que, si tiene hinchador, pero le hemos abierto las puertas de atrás y hemos metido la bici. Es de Hungría y está trabajando aquí. Al cabo de unos cuantos kilómetros hemos llegado al coche. No sabía como agradecernos lo que habíamos hecho. En el coche había una pegatina de la CEE y le he preguntado si trabajaba ahí. 

Me ha dicho que está trabajando para un proyecto de la CEE aquí en Rustavi. Nos ha vuelto a agradecer nuestra ayuda y nos hemos ido. Todavía nos quedaban unos cuantos kilómetros por unos caminos que si al principio no estaban mal cuanto más nos acercábamos a la civilización estaban peor.

Hemos llegado a Rustavi sobre la 17h y lo primero que hemos hecho ha sido buscar alguna tienda para comprar algo de fruta y pan ya que no habíamos comido. Hemos hecho la compra y buscada un sitio donde quedarnos a dormir. Como todos los días hemos encontrado sito al lado del agua esta vez del río. Hemos comido y ya se está haciendo de noche, así que mañana será otro día, ondo lo egin.

Comentarios

Entradas populares de este blog